Saludos desde la ucineo. Hoy tengo un día tranquilo, con nenes de campo y playa (comer, dormir y cagar…perdón por mis modales). Pero no todos los días son así…la enfermería es un mundo, sabes como empiezas el turno pero no como lo acabas.
Una profesión maravillosa la mía. Se requiere de mucha capacidad para conciliar el sueño, un buen puñado de vocación, sangre fría y estomago a prueba de cosas «desagradables».
Cuando empecé recuerdo que no terminaba de convencerme (me quedé a las puertas de medicina que en esa época me gustaba más…ahora no la quiero tocar ni con un palo), pero fue cuando roté por las urgencias de pediatría cuando descubrí que era lo mío, y que los guajes me encantaban.
Mucho pasó desde entonces: terminé la carrera, me adapté a grado (trabajo de investigación incluido), hice un perfil de banco de sangre (rama donde nunca llegué a trabajar pero que me gustó mucho) y finalmente empollé como un poseso para sacar mi plaza EIR y tras dos años de formación ser especialista en pediatría. Aquí ando en Asturias desde entonces…dos años ya atendiendo nenos. Me la recorrí todita, pero la neonatología es lo que más me gusta con diferencia.
He convivido desde mi primer día de prácticas con la diabetes en la chepa. No tengo muchos recuerdos de los primeros años, pero no lo llevaba mal. Sin embargo, no es lo mismo ser un pipiolo que está aprendiendo a un enfermerón hecho y derecho que ya tiene sus responsabilidades.
Por lo cual, voy a hablaros de mi etapa actual siendo enfermero diabético.
Vamos al lío (estilo puntos como me gusta a mí).
Diabetes 0 – Enfermería 1
- A presentarse tocan. Parecerá una tontería, pero es fundamental. Y estoy seguro que no todo el mundo lo hace. Tampoco es necesario llegar con un cartel en la cabeza ni presentarse con el segundo apellido de diabetes por bandera. Es tan sencillo como unas horas con el equipo en el que te toque trabajar para que sepan de que palo vas. Te haces una glucemia y pum…pregunta de rigor.
- Sin miedo a nada. Para completar el primer punto, contaros que para mi es básico avisar de si tengo una hipoglucemia o quiero ir a cafetería a por un pincho o no puedo comer ese majestuoso trozo de tarta o incluso cantar mis glucemias (sobretodo las buenas).
- La tranquilidad de estar arropado. Al margen de saber que si caes redondo la atención te surge al instante, lo bueno de hablar de mi diabetes a los tres vientos es que la gente está más pendiente de tu condición que tu mismo. En muchas ocasiones me han sorprendido compañeras recordándome que llevo dos o tres horas sin parar y que estaría bien que me mirara la glucemia antes de continuar (o también están las que me lanzan directamente al control para que coma algo).
- Ventajas de diabetico. No os voy a mentir, pero siempre me intento aprovechar un poco de mi condición. Por ejemplo cuando voy al centro de salud a hacerme una analítica, si no me cuelo el primero por enfermero lo hago por diabético. En el hospital también tengo mis ventajas ganadas, como el poder elegir si voy en el primer o segundo turno a cafetería.
- Peligro en el control. Las enfermeras manejamos demasiados dulces…créeme, demasiados. Solo verás más si te diriges directamente a la confitería más cercana. Rarísimo es el día que no hay un regalo: bombones, tartas, rosquillas, las míticas moscovitas, cestas de fruta (que se llevan mucho ahora), saladitos, etc. Si que reconozco que de vez en cuando pillo algo de salado (que siempre es lo menos frecuente). Sin embargo, el tema dulce ni lo cojo ni ya por costumbre me ofrecen.
- La buena adrenalina. Tengo una anécdota bastante interesante que subí hace unos meses a Instagram. La voy a dejar por aquí abajo. Y creo que poco más que añadir…todos sabemos que la adrenalina es muy buena elevando los niveles de glucosa y que va de la manita del estres. Esta situación me ha pasado muchas veces. Os dejo también una entrada de la página sobre el estrés pinchando aquí.
Ayer se dio una historia diabética muy curiosa relacionada con la adrenalina. Entraba de mañanas a la Ucineo, por lo que llevaba desayunado desde las 6 de la mañana. El post había sido bueno, en torno a 160 mg/dl a las 9h. A las 9:30 llegó el apurón. La neonatología es guapa hasta que llegan los sustos. Nos llega un nene a termino cardiopata de 9 días de vida. No voy a dar detalles…pero llegó con medio pie en el cielo y continuo toda la mañana así. A parte de los dos prematuros que llevaba, me centré en ayudar en todo lo que pude a la enfermera que estaba a cargo. No me miré el azúcar. A las 13h paré 5 minutos a publicar la entrada del día. No me miré el azúcar tampoco, no me sentía mal y no recaí en esta nuestra diabetes. Paramos de funcionar a las 14:30h cuando mandamos trasladado al nene a Madrid (por suerte está mucho mejor). Y esta era mi glucemia antes de marchar a las 15h. El estrés intenso de la jornada me hizo conservar una glucemia que parecía imposible de mantener.
- La buena pachorra. Por otro lado, están los días de tranquilidad, de pocos niños, de niños de engorde, de niños de papá y mamá…relax absoluto vaya. Es más, os puedo decir que más de una y de dos entradas mías se han confeccionado en esos momentos de tranquilidad. Aunque parezca ilógico, la tranquilidad hace que esté mucho más pendiente de mis glucemias…las hipos suelen rondarme más en estos casos (sobretodo a última hora de los turnos que siempre tengo que comer algo antes de marchar para casa).
- Malditos turnos. Se que muchas enfermeras diabéticas tienen auténticos problemas con los turnos y los cambios de rutina. En mi caso los turnos son…vamos a dejarlo en variopintos (tanto paso de estar haciendo un 2-2-2 y 4 descansos a estar en un infierno de 5 o 6 tardes seguidas y 1 descanso como es el caso de mi triste actualidad). Estos cambios los llevo bien gracias a la bomba, si no lo sabíais; una de las indicaciones de la bomba es el trabajo a turnos (os dejo otra entrada de la página sobre el tema pinchando aquí). Sin embargo, si algo llevo mal son las noches…
- Fatídicas noches. No tengo problema con la noche en si pero tomo una medida especial: de noche generalmente me pongo bolos cuadrados por el tema grasas y demás ya que se que al dormir no voy a quemar y me va a subir la glucemia pasadas las 5 horas postingesta. De noches lo que hago es no ponerme ese bolo para evitar hipos. El problema viene al día siguiente…hacer noches me mata a hipoglucemias. Es muy común que me acueste después de desayunar a las 9 y me levante con una gran hipo a las 12. La causa aun no la he descubierto…de momento me sigo bajando insulina a ver en que punto se cortan.
Y hasta aquí mi historia de enfermero diabético. Como veis no es una gran epopeya…pero al llevarlo bien en casa, unos pequeños ajustes sirven para adaptarte a otros medios. Por cierto, cada vez me sorprendo más de la enorme cantidad de enfermeras diabéticas que hay por las redes de Instagram…voy a empezar a contarlos por que mete miedo.
No te olvides de compartir y comentar si te ha resultado interesante o te han quedado dudas.
A por esos controles perfectos.
Super interesante! Me queda la sensación, después de leerte, que estamos muy arropados los sanitarios o en proyecto de serlo, con diabetes, en el hospital. Da muchisima tranquilidad porque no mucha gente sabe cómo reaccionar y en cuanto les cuentas cómo lo deben hacer se asustan.
GRACIAS!
Gracias Elena por el comentario. Siiii, en el hospital libramos bastante y están muy pendientes de nosotros. Vaya como se agradece. Un saludo!!
Me e leído todo enterito me gustaría ser enfermera pero solo diabética y pensaba k kizas no podría estudiar eso y leiendo tu post w visto que si, sé que nosotros podemos con todo aunke con algunas limitaciones de tomarnos algo o pararnos a mirar el azúcar. Muchas gracias por tu historia me a servido de mucho ojalá pueda conseguir mis sueños algún día. Yo hace 5 años k la tengo y aún mi mente y persona no acepta y voy regular, pero todo es cuestión de darme tiempo y adaptación ami misma no me keda otra. Un saludo María dt1
Puedes ser enfermera y casi cualquier cosa que te propongas en esta vida María José!! Así que adelante y a fuegoooo!!
Me hizo bien leerlo, soy esposa y enfermera de un diabético y esto me ayuda a dejar los miedos y entender que se puede convivir con la «dulce. Gracias.
Gracias a ti Susana. Me alegra haberte sido de ayuda 😀
Hola sacrino! Me ha hecho gracia tu post , yo tambien soy enfermera diabetica.. y doy fe de la cantidad ingente de dulces que manejamos jajaj va con el gremio .
Yo trabajo de noche y la verdad es que de momento lo llevo bien.
Saludos!!!
Soy diabético y me recibi como profesional de Enfermeria, me cuesta mucho conseguir trabajo; es lo que me pone triste, me siento muy kapaz y con muchas ganas de trabajar y formarme como buen profesional.
Pues espero que tu situación mejore pronto Carlos!! La diabetes no es un impedimento para nada, bien lo sabes tu. Un saludo!!