Recuerdo las semanas previas a mi examen de oposición. Mi cabeza debatía sobre el bloque de bioestadística, ¿realmente merecía la pena centrarse en ella cuando tenía bloques más importantes de las que ocuparme? Al final decidí no prepararla, y me salio bien la jugada.
Lo mismo podría decirse de mi sobre el protagonista que nos ocupa: la glucemia capilar y los dedos. Pobres dedos nuestros, no se quejan y se muestran impasibles pinchazo tras pinchazo. Si contamos una media de 6 controles diarios (que en mi caso ya son pocos), tenemos un total de 2190 pinchazos al año. Si los dividimos equitativamente entre todos nuestros dedos (cosa que en mi caso tampoco pasa aunque intento corregirlo), hablamos de 219 pinchazos al año sobre cada pequeño dedo. Casi nada.
Cualquiera pensaría que la presión a la que sometemos nuestros dedos tendría que ser objeto de estudio. Sin embargo poco se habla de ello. Y mucho menos se escribe.
Por otro lado, pongo un par de dedos en el fuego (tampoco voy a arriesgar tanto); diciendo que en este campo es donde más pecamos de pasotas, desinformados y perezosos (yo de inicio me incluyo encabezando la marcha).
Por ello hoy quería ponerme al día y hacer un compendio de recomendaciones sobre este tema. Y por supuesto compartirlas con todos vosotros. Vamos al lió:
NUESTROS DEDOS AGRADECERÁN ESTAS PAUTAS…
- Pégale un buen repaso a tus manos antes del pinchoteo: Lavarte las manos es fundamental si no quieres encontrarte con falsas hiperglucemias. Si tus manos están sucias ya estás tardando en lavarlas a la vieja usanza. También te valen las toallitas o las soluciones hidroalcohólicas (las míticas de los hospitales y que puedes comprar en cualquier farmacia e incluso en grandes almacenes). Si te es imposible lavarlas sigue este truco: limpia la primera gota y aplica la segunda en tu medidor.
- Prueba a hacer esto en casa si no te crees el anterior punto: haz una glucemia capilar con las manos recién lavadas (en mi caso era de 94mg/dl). Ahora coge una manzana y frótala levemente sobre la yema del dedo y repite la glucemia (240mg/dl…casi nada). Lo se, es una fruta y es glucosa pura…pero te puedes hacer una idea de que los valores se alteran con gran facilidad.
- Rotar es fundamental. Nada mas que decir.
- Cuidado con la zona del dedo donde aplicas el pinchazo. Recuerda que las yemas de los dedos son zonas muy sensitivas dado el gran número de terminaciones nerviosas. Para minimizar el daño, es importante aplicar los pinchazos en las zonas laterales de la yema ya que la zona central es la más sensible al daño y la zona de mayor sensitividad.
- Cuidado con los bajos fondos: evita utilizar tiras de glucemia de esas que aparecen cual billete de 20 euros en el pantalón o en el fondo del bolso. No solo la fecha de caducidad pesa sobre ellas: al no estar aisladas del aire y en ausencia de un ambiente poco seco y fresco, darán lugar a errores y falsos resultados.
- Vaya con los farmacos: Corticosteroides y antidepresivos pueden dar lugar a falsos resultados glucémicos (tendentes a la hiperglucemia). Otros fármacos como el ácido acetilsalicílico (clásica aspirina), generarán falsos resultados tendentes a la hipoglucemia.
- Zonas de retraso: llamamos así a aquellos sitios alternativos para hacer una glucemia capilar. Tenemos varios entre los que encontramos las pantorrillas, la mano obviando los dedos, el antebrazo y la parte superior del brazo. Tanto los dedos como la palma de la mano se conocen como zonas de memoria ya que estas guardan los valores capilares instantáneos o actualizados. En cambio, las zonas de retraso (como su nombre indica), darán lugar a glucemias capilares con una media hora de retraso. No se si me explico, digamos que las zonas de retraso no dan el valor real (como el capilar de dedos), si no el de hace media hora. Existen alternativas al machaque de los dedos…pero tened en cuenta este punto (sobretodo en tendentes a hipoglucemias puede ser peligroso).
- Por cierto, ni se te ocurra ir a pincharte a los dedos de los pies…acuérdate que somos tendentes a las infecciones y al pie diabético.
- Creo que es obvio decir que las agujas capilares se deberían de cambiar como mínimo una vez al día. Ahora bien, te voy a decir que yo precisamente no lo hago. En mi caso puede ser una vez a la semana. Humildemente constato que no se producen alteraciones en los valores glucémicos por el uso repetido de la aguja…sin embargo la información en este campo es muy escasa (al contrario de con sus vecinas las agujas de insulina). Sin embargo es fácil pensar que a más uso, más deterioro de la aguja…por tanto más dolor, menos efectividad y más trauma para los dedos.
- Si te sangran mal los dedos, puedes seguir estos consejos: uso diario de lancetas de glucemia, uso de un medidor que necesite cantidades ínfimas de sangre para el análisis o lavado previo de las manos con agua caliente.
- Los medidores se resisten a la jubilación: Pueden durar perfectamente durante años y años. Todavía me contó mi tío que cambio su medidor el otro día después de 7 años de uso. Eso sí, es importante estar atentos a los mensajes de error y hacer chequeos periódicos con soluciones de control.
- En cuanto puedas pasarte a la monitorización continua, no lo dudes. Es sencillamente maravillosa. Espero traeros pronto mi review sobre mi experiencia con el sistema de monitorización continua de Medtronic (el que estuve probando varias semanas a lo largo de estos últimos meses).
Espero que hoy hayamos aprendido un poco más sobre esta pequeña subrama de la extensa diabetes. Me encantaría saber que trucos y mimos les das a tus dedos. O por el contrario si eres un completo sanguinario con ellos. Hoy podemos ir un poco a mejor con esta pequeña guía.
A por esos controles perfectos.