Tenía como 10 años cuando en Telecinco empezaron a emitir una serie de piratas que me enganchó, ya no habría vuelta atrás. One Piece (serie que por cierto aun no ha terminado…16 años al día con ella con más de 700 capítulos en su haber), me inició en el mundo del anime. Pasé una etapa de verdadero obseso: compraba mangas en cuanto recaudaba algo de dinero, veía animes a porrillo por internet o por mi añorado canal Animax, dibujaba a mis personajes favoritos o incluso escribía las canciones en japonés como me sonaban a oído para después chapurrearlas cada vez que llegaba el esperado ending.
No era la persona más popular del mundo en esa época y mi nuevo hobbie no ayudaba (mi sobrepeso, mi vergüenza y mis buenas notas tampoco me beneficiaban). Era algo así como un paria social.
Pasaron los años y empecé a interesarme por mil cosas, me dio la diabetes y empecé bachillerato…ya era un tipo normal del que no se reían; escuchaba punk rock, tocaba la guitarra y salía todos los viernes y sábados religiosamente. Pero soy una persona de costumbres, y el anime nunca se fue de mi lado.
Llegamos al 2017. El anime no puede estar más de moda. Como los videojuegos o las expos con cosplays a mansalva. Mi hermano y sus amigos (tipos muy cool), ven animes y comentan con toda la tranquilidad del mundo…quien pudiera vivir esta nueva época.
Tengo 26 años y si, sigo viendo anime. Es más, los domingos de noche son sagrados; es el día en que me pongo al corriente de las series que sigo (actualmente 5).
Tras esta pequeña intro sobre mi vida pasada y actual, vamos al lío.
¿Qué es el anime?
Para un japonés, el anime no significa más que la abreviatura de animación. Para nosotros en cambio, es un término que empleamos cuando nos referimos a animación creada en Japón. En muchos casos bebe y se adapta del manga, que no deja de ser una obra en formato «cómic».
El anime surge en 1917, aunque no se establecería su estilo actual hasta 1960. Se caracteriza a primera vista por su particular dibujo (con personajes caracterizados por ojos grandes y ovalados, de línea muy definida, colores llamativos y movimiento reducido de los labios).
A diferencia de occidente, donde la animación generalmente esta destinada a un público infantil (salvo pequeñas excepciones como Los Simpson, Padre de familia o South Park), en Japón el anime es la estrella (es muy típico que los cines japoneses se llenen de películas de anime con mayor éxito que los mayores taquillazos de Hollywood). Esto se traduce en que el anime va destinado a un público muy amplio: niños pequeños, adolescentes, adultos, todos los géneros que te puedas imaginar (por ejemplo, existen numerosas series que tratan específicamente temas de homosexualidad; siendo mucho mas tolerantes y naturales que en occidente), consumo pornográfico…
He visto de todo: series infantiles, dramones épicos, romances que dejarían «Love Actually» como la película menos ñoña del mundo, animes de acción épicos, terror, cosas desagradables, idas de pinza…la animación japonesa es inabarcable.
¿Y qué vengo a contaros hoy?
Pues vengo a reflexionar un rato. Vamos a ponernos a analizar la animación en nuestro país.
Somos auténticos expertos en crear series para los más pequeños. Pocoyo, La Patrulla Canina o la actual Doctora Juguetes; son ejemplos de buenas series para el consumo por parte de los más pequeños (no sabría poner una edad tope…¿5-6 años?)
El problema viene ahora… ¿qué ve el chaval cuando encuentra ya demasiado infantil este tipo de series? Pues saltamos de esto a las locuras que se crearon desde dos grandes exponentes: «Bob Esponja (2000)» y «Hora de aventuras (2010)».
En mi época existían numerosas series que aunque no aportaran muchos valores si que eran neutras en cuanto a su contenido, este era apropiado a la edad. Numerosos ejemplos podría incluir: El laboratorio de Dexter, Las supernenas, Scooby Doo, Pepperan o la Banda del Patio (esta última sería exponente de como hacer bien las cosas). Sin embargo, hoy campan a sus anchas infinidad de series que si las ves tu con tu mentalidad actual veras que no son muy aptas para publico infantil. Series que tratan temas adultos, cuentan con imágenes o diálogos desagradables o incluso tocan temas en un segundo plano (en ocasiones de índole sexual) que seguramente el niño no entenderá pero tu si. Dibujos hiperactivos, hipervitaminados, series que van a la velocidad de la luz y que parece que solo buscan sobreexcitarse.
Series de este tipo hay a patadas: Bob Esponja, Hora de Aventuras, Historias Corrientes, Las Aventuras de Flack Jack, Fanboy y Chun Chun, Chowder, El Increíble Mundo de Gumball, Clarence, Somos Osos…
Si es cierto que en mi época había ejemplos de este tipo: Megabebes, Ed Edd y Eddy o Las Aventuras de Billy y Mandy. Pero también eran series que se encontraban muy diluidas, no existía el corta-pega exagerado de hoy en día y muchas de ellas no solo no triunfaron sino que fueron repudiadas (caso de Megabebes, serie que me fascinó en su época).
Pues bien, ante esta realidad…hoy vengo a defender el consumo del anime. Que se extienda mucho más y que no sean solo los adolescentes ya maduritos los que sepan del tema, también las familias deben estar al tanto de ello.
Antes de empezar me gustaría hablar de un tema mencionado antes y que volverá a entrar en juego en el siguiente punto, la neutralidad. Con neutral me quiero referir a una serie lo más pura posible, sin violencia, sin temas adultos, sin drogas, sin cosas raras. Bien, muchas de las series de las que hablaré son totalmente neutras. Otras en cambio tienen algo de violencia al ser series con importante contenido de acción. Sin embargo no termino de ver preocupante este tipo de «violencia», es una acción con sentido, con valores, quiero describirla como bastante pura dentro de su esencia. Si alguien ha visto Dragon Ball igual sigue por donde voy. Resaltar que esta acción no sera muy violenta, no habrá vísceras, no habrá sangre y tendrá un componente fantasioso que no emulará la realidad. «Violencia» con justificación, con justicia, contra un individuo y no contra un colectivo, con moraleja y donde incluso el malo de la película sale aprendiendo la lección.
¿Qué buenas nuevas aporta el anime?
- Un estilo visual único. El anime goza de un estilo único, en ocasiones copiado y desechado. Es el caso de Street Fighter, videojuego que tuvo una versión anime y que fue tristemente copiada por EEUU con nefastos resultados.
- Va a tocarle leer. El anime generalmente se consume en versión original subtitulada (salvo grandes éxitos). Por lo cual es un método ideal para leer de forma indirecta. Además suele ser una lectura muy agradable ya que el idioma japonés emplea muchas más vocablos que el español, por lo que la lectura a nuestro idioma será más pausada.
- Muchos clásicos que te marcaron en su época vinieron del anime. Quien se puede olvidar de series como Marco, Heidi, Dragon Ball, Oliver y Benji, Mazinger o Sailor Moon. Estas se convirtieron en buenos recuerdos de nuestra infancia. Así que tenéis un buen aliciente para darle una oportunidad.
- En la variedad está el gusto. Si por algo se caracteriza el anime es por tocar todos los palos que te imaginas y más. Quitando aquellas series y géneros dedicadas a publico mas adolescente y adulto, los más pequeños pueden disfrutar de un gran abanico de posibilidades. Para hacerlo más fácil vamos a clasificarlos por su nombre en japones (Posdata: si hay algún entendido que me lea, se que no es el orden correcto para clasificar; lo hago así para simplificar las cosas a mi gusto):
- Kodomo: Series dedicadas plenamente al publico mas pequeño (Hantaro, El Dulce Hogar de Chi, Doraemon, Rantaro Ninja o Hello Kitty).
- Shonen: Series de acción que generalmente se enfocan en publico adolescente. Sin embargo, muchas de ellas pueden ser vistas por niños pequeños gracias a su neutralidad (Fullmetal Alchemist, Dragon Ball, Shaman King, Zatch Bech o Boku no Hero Academia).
- Shojo: Animes destinados a publico infantil/adolescente pero con una mayor cercanía con el genero femenino (Sakura Cazadora de Cartas, Mirmo Zibang, Azul…aquí entran también los maho shojo; que son animes de temática fantasiosa (brujas, magas e historias por el estilo).
- Spokon: Animes centrados en el mundo del deporte (Haikyuu!!, Inazuma Eleven, Ookiku Furikabutte, Yowamushi Pedal…).
- Comedias: Muchas de ellas están metidas dentro de los Shojos, otras tienden a tirar a un enfoque bastante más adulto (ya todos sabemos que son un poco pervertidos). Algunas se salvan (Bobobo, Himouto!, Nichijou, Yakitate!! Japan…). La comedia japonesa es complicada de pillar y por otra parte es difícil que sea 100% neutral en su contenido. Así que puede ser la categoría mas desechable.
- Mechas: Series de ciencia ficción donde los robots mandan (Astro Boy, Medabots…).
- Grandes valores educativos: Los valores en el anime son la base de su esencia. Otro gran problema que veo a las series occidentales es que son huecas, no tienen una «moraleja» aparente o si la tienen es muy superficial. El anime es todo lo contrario, da igual el que veas y el genero que te guste…estarán en su mayoría impregnadas de valores que tanta falta hace inculcar a nuestros pequeños (la amistad y la empatía, el saber perdonar incluso al enemigo, la lucha por lo justo o lo que uno desee por mucho que se ponga cuesta arriba, el respeto al igual, el amor sano…).
- Olvídate de medias tintas: A pesar de que igual no tenga mucho que influir en el tema de los niños, si que me gustaría comentar que el Anime (y Japón en general), no se anda con rodeos. Para lo bueno y para lo malo. Es fácil de explicar: los temas «taboo» con los que muchas veces se juega o desecha en occidente (un gran ejemplo puede ser el de la homosexualidad), en Japón son un autentico éxito. Son un país profundamente tolerante, y eso se nota en lo que crean. Te pongo el ejemplo de Yuri!!! on Ice.
Yuri!!! on Ice es un anime que relata el camino al éxito de Yuri por el patinaje artístico. Al margen de sus increíbles animaciones relata un increíble mundo donde los hombres patinan sin tapujos y se enamoran (se verá como evoluciona la relación entre Yuri y Victor Nikiforov).
Me pregunto si esta serie sería vista en España o se le caerían los ojos a más de uno. En cambio en Japón fue una de las series más aclamadas de todo 2016.
Y con esto terminamos la entrada de hoy. Hoy más que nunca te pido tu opinión sobre esta nueva sección. ¿Te ha resultado interesante el tema? ¿Quieres que siga subiendo temas relacionados con los niños y mi forma de ver la infancia aunque no entre en juego la diabetes? Espero que te haya gustado. A mi me ha encantado redactarlo.
En el próximo episodio de «No todo es diabetes» y con el objetivo de cerrar el tema del anime:
«Top 5 mejores animes para iniciar a tu hij@ en el anime»
A por esos controles perfectos.
La Ley de Ueki es un gran anime que inculca buenos valores
Lo desconocía!! Me lo apunto para echarle un ojo 😉