Cuando somos adultos solemos hablar de tres grandes apoyos: familia, pareja e hijos. Muchas veces hemos oído esa frase existencialista «vale mas la pena estar solo». Motivos múltiples y opiniones variadas, pero esta frase nunca puede ser aplicada en el niño, y menos en el diabético.
A nivel de infantes y adolescentes podemos hablar de tres grupos capitales: familia, amigos y colegio. Aunque el mas influyente se encuentra en la casa del niño, no hay que olvidar la tremenda importancia que tiene el colegio para ellos. Simplemente atribuyéndolo a cuestiones de tiempo…el niño se pasa un tercio de su día a día metido entre esas 4 paredes.
La influencia de la escuela es tal que no solo afecta al niño, también a su familia. No es la primera vez que veo una gran roca pegada en los padres de estos niños: afiliados todas las mañanas al móvil, pegados a el; pensando en como estará su pequeño. Acudiendo un día si un día no a la escuela por cuestiones que se podrían solucionar con un mínimo de formación. Formación donde muchos profesores opinan que no va con ellos. Mi opinión es bastante contraria, el niño durante el periodo académico es responsabilidad de estos a todos los efectos.
Hoy venimos a hablar en profundidad sobre este tema.
Vamos a empezar con el sarao.
Vamos a hablar de estudios
Hay unos cuantos estudios científicos que intentan dar una visión transparente de como se encuentra la relación colegio/diabetes en la actualidad.
El primero del que voy a hablar es un estudio de Cristina Calvo. Os dejo el estudio pinchando aquí. En el se recogieron un total de 499 cuestionarios con niños y familias procedentes de 320 colegios diferentes con una edad media de 11 años. Los datos son brutales:
- El 34% de los de los padres creía que los profesores serían capaces de reconocer los síntomas de un episodio de hipoglucemia leve. Esto viene a decir que 7 de cada 10 niños que no tengan la experiencia suficiente para entender su propia situación se verán arrastrados a hipoglucemias severas. No solo depende del conocimiento, otro tanto se verá afectado por aspectos psicológicos como el miedo a exponer su propia enfermedad.
- Un 17% de los padres experimentó problemas en el colegio cuando informó al personal sobre la enfermedad de su hijo. Es decir, negativa a la hora de entrar en el circulo de cuidado del niño.
- Vamos mucho mas allá…un 9% de los padres se vio obligado a cambiar de colegio. Sobran las palabras. Otro 16% de ellos tuvo que pasarse a monitorizaciones (con el desembolso económico que conlleva), o pautas especiales de insulina cuando su niño se encontraba en el aula.
- Solo un 17% de estas escuelas presentaba profesionales con impacto favorable y conocimientos amplios en el tema, hablamos de profesional del ámbito de la psicología y enfermería.
- Por último, un 66% de los padres considera que los profesores deberían de estar mejor preparados en este campo y un 72% establece como fundamental la presencia de enfermería en las escuelas.
El análisis de este estudio nos deja ver de forma bastante homogenia la situación presente. Poco conocimiento, pocos profesionales que den apoyo y formación y grandes problemas para el niño y la familia. Se trata de un estudio del 2009 (todo hay que decirlo), sin embargo no creo que haya cambiado mucho el panorama en los últimos años; ya solo el tema de profesionales sanitarios en la escuela sigue siendo algo anecdótico.
Vamos con otro estudio. En este caso es un trabajo de grado de Lucía Espinosa Fernández. Os lo dejo pinchando aquí. En el nos presentan un testimonio de una madre en el que veremos como se tienen que hacer las cosas. Veréis que un buen apoyo en el circulo de la escuela estimula a otro círculo de los pequeños que es aun más complicado de abarcar: el de los amigos.
“Nuestra hija debutó con Diabetes Mellitus tipo I en octubre de 2012, con 4 años de edad. Su profesora de infantil, la misma del curso anterior , me comentó a principio de curso que la notaba cansada en clase , como si tuviera sueño .Tras una tutoría a principios de octubre, llegamos a la conclusión de que se estaba adaptando al horario escolar tras el verano, que hacía mucho calor, y por eso iba más cansada . Un fin de semana, que pasamos fuera de casa, notamos que orinaba mucho, pensando que se trataba de una cistitis, como había tenido otras veces. Al realizarle un análisis con una tira reactiva en casa, comprobamos un nivel elevado de glucosa en orina, característico de la diabetes tipo I. Puesto que tanto su padre como yo somos médicos, solo acudimos al hospital para confirmar el diagnóstico, donde apenas estuvo ingresada 12 horas. Por nuestra profesión, conocíamos perfectamente la enfermedad y lo que implicaba en una niña tan pequeña: múltiples controles de glucemia capilar al día, administración de insulina subcutánea 5 veces al día, riesgo de hipoglucemias, alimentación estricta por raciones de hidratos de carbono…La parte emocional fue complicada de asimilar y aún hoy lo sigue siendo. La niña reanudó su actividad escolar a las 48h del debut, lo cual no es habitual, pues suele precisar ingresos prolongados, para entrenamiento y manejo del tratamiento por parte de la familia. 26 El mismo día que volvimos del hospital, concerté una cita con su tutora escolar, para comentarle la noticia y ponerla al tanto de los cuidados especiales que necesitaría en la escuela. Aportamos material didáctico, para apoyo de los profesores y alumnos, explicando en qué consiste la diabetes y que complicaciones pueden aparecer durante el horario escolar, haciendo especial hincapié en las hipoglucemias. La maestra mostró mucho interés en todo lo que le explicamos, aportando ella misma ideas en cuanto a la mejor manera para explicar la enfermedad a sus compañeros de clase. De esta manera, al día siguiente Esther acudió al colegio y con ayuda de su maestra explicó a sus compañeros porque había faltado a clase, que ya no podía comer chuches, que si se mareaba en el patio tenían que avisar a la profesora y darle agua con azúcar o zumo. Todos los profesores de la escuela explicaron a sus respectivas clases que había una niña de infantil, que tenía diabetes, incluso pusieron carteles en las clases, con el nombre, los signos de alarma principales, el teléfono de los padres para localizar en una emergencia. En nuestro caso, el apoyo recibido en el ámbito escolar, tras el debut de nuestra hija, fue para nosotros muy importante, aportándonos tranquilidad suficiente durante las muchas horas que nuestra hija pasa en el colegio.”
Seguimos con más historias. En este caso hablamos de un estudio desarrollado en Castilla la Mancha de la mano de Fundación para la diabetes. Os lo dejo pinchando aquí. En el podemos sacar bastantes puntos interesantes:
- En el 14% de los casos los profesores no saben si el niño necesita ponerse insulina.
- Aproximadamente el 20% no sabe si el niño necesita hacerse un autocontrol en el colegio. Así mismo, el 30% de los niños no tiene un apoyo para hacerse los autocontroles o supervisarlos.
- Solo en el 43% de las hipoglucemias se ha dado algo de comer o beber.
- Los comedores escolares no están adaptados a las necesidades del niño diabético, en muchos casos se llevan la comida de casa.
- En torno a un 15% de los niños refieren abusos relacionados con su enfermedad por parte de sus compañeros.
- Mientras que a los padres lo que más miedo les da es que sus hijos sufran hipoglucemias, en el caso de los menores es la cuestión de ponerse insulina.
¿Cómo debemos actuar? ¿Qué debemos exigir en la escuela?
Os voy a poner una serie de normas a seguir a la hora de afrontar el primer contacto con la escuela. Si el trato con la esta es el esperado, servirán para crear un ambiente y una situación que favorezca a todos:
- Profesores y compañeros deben de adaptarse a las necesidades del niño, tratándolo como uno más y evitando expresar sentimientos fatalistas o de compasión.
- Designar un tutor, al que el niño pueda acudir ante cualquier problema o duda.
- Evitar el aislamiento del niño, adecuando las actividades a sus necesidades e integrándole en los grupos (tanto en actividades escolares como de ocio).
- Flexibilidad en las entradas y salidas del aula.
- Control de la alimentación, especialmente en situaciones de fiestas o ejercicio físico.
- Evitar y vigilar las situaciones de estrés (temperaturas extremas, exámenes…).
- Facilitar y tener a mano alimentos para situaciones de hipoglucemias.
- Conocimiento de primeros auxilios.
- Si tuviéramos que limitarnos a enseñarle una sola cosa a estos profesores, seria la de identificar y tratar las hipoglucemias.
- El conocimiento de la situación del niño debe ser global, todos los docentes (aun sin trato directo con el niño), deben al menos de saber de su situación.
- Sería interesante que dierais una charla muy breve en la clase para que sus compañeros estén al tanto de la situación y no la tergiversen.
- Intentar solucionar la situación del comedor escolar buscando un menú al menos cuantificado en raciones.
- Entregar un informe medico.
- Tener en la escuela un kit de glucagón.
Documentos de apoyo
Como sabréis los suscriptores a la pagina, proporciono un regalo muy jugoso al suscribirse…dos pdf en formato póster que pueden ser útiles para llevar a la escuela. El primero es un planning de actuación ante hipoglucemias y el segundo una sencilla infografía sobre la diabetes. Así que si no estáis suscritos os lo recuerdo.
Por otro lado, encontré un documento muy interesante que tenéis pinchando aquí. En su ultima pagina hay una ficha con un protocolo de urgencia ante hipoglucemias que podéis personalizar y entregar.
Y por ultimo otro par de documentos para abordar el tema: uno de la fundación para la diabetes y el otro del Servicio Canario de Salud.
¿En qué onda seguiremos?
Pues tengo pensadas varias ideas. Por un lado las clásicas entrevistas a padres para darnos una visión más amplia de como esta el tema a fecha 2017. También procuraré pasarme por algún que otro colegio para valorar la situación. Y también empezaremos a hablar en conjunto del otro campo fundamental del niño y que está muy conectado con el colegio: los amigos.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Muy importantes esos comentarios, quiero saber como os encontráis como padres a día de hoy sobre este tema y si os gustaría participar en alguna entrevista. Espero que os sea muy útil el post.
A por esos controles perfectos.
Hola,
Soy Victoria, madre de Antón de 7 años, con diabetes tipo 1 desde los 6.
Acabo de descubrir Don Sacarino y quiero darte las gracias, me será de gran ayuda y apoyo seguirte.
Bienvenida Victoria!!
Gracias a ti por el interes. Sentiros como en casa y cualquier cosa por aqui andamos o en mis redes sociales (:
Thanks so much for the article.Really looking forward to read more. Much obliged.