Piensa en cosas extremadamente dulces, de esas que dan hasta empacho verlas. A mi se me ocurren unas cuantas…las tartas recubiertas de fondant, My Little Pony, los poemas de Gustavo Adolfo Bécquer o alguna canción del señor Pablo Alborán.
Olvídate de todo esto, por que vamos a subir unos cuantos niveles en el escalafón. Seguro que muchos han tenido el gusto de conocer a los glucocorticoides; esa hormona que quería ser tarta. Eso si que es un buen chute hiperglucémico.
Hoy vamos a profundizar en el tema. ¿Cómo nos debemos de comportar los diabéticos ante ellas?
Vamos al lío.
¿Qué son los glucocorticoides y porque diablos existen?
Los glucocorticoides amigos míos, vienen de algo tan natural como el cortisol. El cortisol (derivado de los esteroides), se produce de forma natural en unas glándulas situadas encima de los riñones llamadas glándulas suprarrenales. Este cortisol o hidrocortisona tiene una función múltiple y variable a lo largo del día (se encuentra más activa a primera hora de la mañana y al atardecer, funcionamiento circadiano). También nos ayuda a adaptarnos al estrés físico o emocional. A grandes rasgos cumple estas funciones:
Metabolismo de hidratos de carbono, grasas y proteínas.
Aumento de los niveles de glucemia (hormona contrainsular).
Homeostasis de agua y electrolitos.
Supresión inmunitaria.
Previene la liberación de sustancias proinflamación.
Activador de vías antiestrés y antiinflamación.
Por lo tanto, los glucocorticoides o corticosteroides son fármacos antiinflamatorios, antialérgicos e inmunosupresores derivados de esta misma.
Sus usos son amplísimos y abarcan un gran numero de patologías (agarraos los machos o pasad del tostón):
- Usos endocrinos: Insuficiencia adrenal, hiperplasia adrenal, tiroiditis, hiperandrogenismo…
- Usos no endocrinos: Reumatopatías y colagenopatías (lupus, vasculitis, artritís reumatoidea, esclerodermia, espondilitis anquilosante, ataque agudo de gota…). Enfermedades alérgicas y picadura de insectos. Shock (anafiláctico y séptico). Enfermedades respiratorias (asma bronquial y EPOC). Dermatopatías de variada etiología (eczemas, urticarias, prurigos, dermatitis exfoliativa, pénfigo, psoriasis). Afecciones oculares (iritis, uveítis, corioretinitis, iridociclitis, conjuntivitis alérgica). Inmunosupresión en trasplantes. Enfermedades neurológicas con componente autoinmune. Hipercalcemia. Antineoplásico en leucemias y procesos neoplásicos. Tratamiento coadyuvante de infecciones. Eventos neurológicos (TCE, ACV y edema cerebral). Prevención del síndrome de dificultad respiratoria neonatal (SDRI)…
¿Peor el remedio que la enfermedad?
Está claro que los corticoides son un seguro de vida. Echa un vistazo al listado de arriba y piensa en cuantas ocasiones, a cuantas personas en el mundo; le han servido de billete de vida. Sin embargo, no hay que olvidar que los corticoides son uno de los fármacos con más efectos secundarios que existen, algunos muy molestos. Y dentro de los molestos, hay algunos muy problemáticos para los diabéticos.
Uno de los que más nos atañen es el de la hiperglucemia. Esta hiperglucemia esta relacionada con tres factores:
- Aumento de la neoglucogénesis hepática.
- Aumento de las resistencias (principalmente en musculo).
- Disminución de la sensibilidad a la insulina.
Todo esto generará dos tipos de situaciones:
- Por un lado, los corticoides pueden producir la aparición de una diabetes en una persona que previamente no lo era. Las estadísticas son variadas, en pacientes postransplante, se habla entre un 10 y 20% de casos. En el resto de casos, la bibliografía es muy variable (entre un 1 y un 45% según los estudios). Por lo general, un paciente no diabético no debería de presentar hiperglucemias ante el tratamiento. Si las presentan hablaríamos de una diabetes corticoidea. Pasado el tratamiento se deberían de normalizar los niveles. A los pacientes que han recibido un tratamiento largo de corticoides (y sobretodo los que presentan hiperglucemia), deben de ser considerados de riesgo y por tanto se les debería de hacer una sobrecarga oral de glucosa anual para descartar la aparición de diabetes.
- Cuando los corticoides se ponen en personas diabéticas, la hiperglucemia va a estar a la orden del día. Por lo general las cifras elevadas serán las postpandriales, siendo las glucemias basales (incluido ayunas), normales. Sin embargo, hay que ver el tipo de corticoide y dos factores: lo que tarda en hacer efecto ese corticoide y sobretodo la duración del efecto mismo. Por lo general, los corticoides de acción intermedia (como la Prednisona), tienen una duración de unas 12-16 horas…eso quiere decir que si lo tomamos por la mañana, su efecto hiperglucemiante desaparecerá antes de irnos a dormir. En el caso de corticoides de acción prolongada (como la Dexametasona), tendrán una duración más elevada y por tanto su manejo será diferente.
Tampoco hay que olvidar que los corticoides también generan entre otras cosas: aumento de la tensión arterial, hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia, osteoporosis o aumento de peso. El caso es que ninguno comba bien con la diabetes.
¿Cómo actuamos al respecto?
- No te canses de preguntar. En esta vida es importante preguntar y debatir, y más si vas al medico. Pregunta sobre la importancia del tratamiento, el tipo de corticoide y las alternativas al mismo.
- No todos los corticoides te harán el mismo efecto. Los corticoides pueden ir por vía oral, IV o topica. De las dos que recibirás en casa, la oral es la que más nos preocupa. Los corticoides tópicos por lo general no pasan a nivel sistémico (hacen un efecto local), por lo que sus efectos incluida la hiperglucemia; serán menos frecuentes e intensos.
- Hablemos de subclases. Se dice que la Hidrocortisona es el corticoide más fisiológico (por tanto el que genera menos hipoglucemia). A este le sigue el Deflacort. Por último la Prednisona y Betametasona serán los que más la subirán.
- Haz memoria. Recuerda que generalmente la hiperglucemia se relaciona con las cifras postpandriales respetando las basales (incluida la glucemia en ayunas). Pongamos un ejemplo: La Prednisona tiene un inicio de efecto a las 4 horas aproximadamente y una duración de unas 12-16 horas. Esto quiere decir que una vez te lo tomes y desayunes, esa glucemia debería de respetarse sin modificaciones. A partir de aquí y hasta bien pasada la tarde deberás de subir tus necesidades (principalmente en forma de insulina rápida), y volver a condiciones normales a la cena. Mucho cuidado para evitar las hipoglucemias en ayunas.
- ¿Y cuanto debo subir? Aquí entra en juego tu medico ya que hay muchas variables a tener en cuenta. Por un lado, se recomienda un aumento entre 1,5 y 2 veces las dosis de insulina antes de las comidas. Por otro lado y dependiendo de tus cifras en ayunas, en ocasiones se hacen modificaciones en la insulina basal. No olvides que jugamos con muchos factores (tipo de corticoide, duración del tratamiento, vía de administración…).
Y hasta aquí la entrada de hoy. Nos encontramos ante un tema muy complejo…espero al menos haberos dado unas pautas para que todo os sea más fácil si os veis en esta situación. Me interesa mucho tu opinión: ¿Alguna vez has tomado corticoides? ¿Que tipo de modificaciones tuviste que hacer?
A por esos controles perfectos.